Más de 300 judíos y tambores roncos se dan cita en la plaza del Castillo. Los 17 pueblos del consorcio nacional hacen sonar sus cajas a la misma hora.
Los judíos de Baena celebraron ayer la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco como se merece este reconocimiento: con una concentración de tambores. Desde primera hora de la mañana, tal y como estaba permitido, sus sones anunciaban a los baenenses el inicio de esta jornada para la historia. A las 12 de la mañana, más de 300 tambores, entre judíos y roncos, completamente uniformados, se concentraron en el patio de armas del Castillo y se hicieron oír. A la misma hora, los tambores de los 16 pueblos que comparten con Baena este reconocimiento hicieron sonar sus tambores. Los toques y redobles hablaron en Baena, Agramón. Hellín. Tobarra, L’Alcora, Moratalla, Mula, Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda, Urrea de Gaén y Alzira.
Demostraron que tal y como se explicó durante la presentación de la candidatura en la reunión de la Unesco celebrada el pasado día 30 de noviembre, las tamboradas cuentan con una gran participación, que no distingue edad ni género ni ideología ni situación económica. Desde ese día, los judíos han estado preparando sus arreos: limpiando cascos, destrenzando cola y aprentando tambores para celebrar en esta ocasión junto a los tambores roncos. El patio de armas del Castillo fue el escenario elegido para este momento histórico que supone tocar el tambor en adviento. En un acto sin intervenciones institucionales, en el que disfrutar del encuentro y del toque y que pudieron vivir muchos ciudadanos que llegaron a Baena desde otras localidades.
Uno de esos judíos fue el alcalde, Jesús Rojano, que ayer era un colinegro más y que se mostraba «contento y orgulloso» de poder compartir estos momentos «porque esto forma parte de la historia del judío» y, personalmente, puedo disfrutar y «compartir estos momentos de tocar el tambor, donde se dejan atrás los problemas del día a día y todo el mundo disfruta en convivencia en torno a la figura del judío». Un reconocimiento de la Unesco que se espera que se vea reflejado en el aumento del turismo.
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